Desde muchos y
muchos años los brasileños estuvieron de espaldas para sus Hermanos, miraban
tierras europeas y no tuvieran cualquier interés en ocuparse de los problemas
de Sudamérica. La arrogancia
y la ingenuidad mantuvieran no solo los brasileños, pero todo el pueblo
americano en régimen de apartado.
¿A quién se
aprovecha la separación de la américa?
La publicidad
con la cual todos nosotros sufrimos fue incisiva para hacer con que creyéramos
que nuestro hermano era un tolo, que no merecía atención.
Una américa
desunida es lo que quieren los gobiernos que nos dominan. Chupan la sangre
latina para obtener el provecho para sustentar suyas lujurias.
El sueño que
tiene todo hombre o mujer es solo tener lo suficiente para su familia. Cuando quiere
más do que esto, es solo para realización de sus deseos, tal vez una casa, un
viaje con su familia, alguno conforto. Se diga por oportuno, esto no se
modifica mucho de un brasileño para un cubano o argentino, boliviano,
colombiano, chileno y así por adelante…
Hoy vengo yo,
un abogado de Brasil, después de conocer algunos de los países da américa
latina, hablar con personas de verdad, hacer amigos, decir que la farsa que yo
me fue víctima, no me basta más.
Tengo, en
verdad, una cierta vergüenza de no tener percibido esto antes, pero nunca es
tarde para hacer cosas buenas.
No, los
brasileños no son tolos arrogantes, no son ladrones, ni mismo tienen alguna
aversión con el pueblo de los países hermanos. A pesar de que nuestras lenguas
nos separan, somos un solo corazón.
¡Puedo decir
que soy un hombre de bien!
Es tiempo de
unión, de perdón, de mirar el futuro como una sola gente. Dejar el pasado para tras
y empezar de nuevo.
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